martes, 23 de abril de 2013

La violencia en un hogar y las consecuencias en los niños

Queridos hermanos: Muchos de nosotros hemos tenido la suerte o bendición de nacer en un hogar conformado normalmente, donde existía el amor, el afán de trabajo para progresar, la educación de los hijos desde la casa, la escuela era una espacio de especialización pero la educación de la persona, la formación de la personalidad y el futuro adulto se gestaba entre los esfuerzos de padres y abuelos comprometidos. Si bien las sociedades siempre adolecieron de cierta cultura familiar, y no solo en familias de bajos recursos sino también en familias que supuestamente "pasan de la media para arriba". Es que el tema de la pobreza no pasa por lo económico, sino por la pobreza moral. Podemos encontrar en una casa una linda decoración, unos ordenadores de primera, tablets, plasmas, ropa de marca pero a la hora del amor una pobreza absoluta. Así crecen niños comprados con bienes, con dinero, pero vacíos por dentro. Y ni que decir, cuando en el hogar ha entrado el alcohol, la droga, adicciones que luego derivan en situaciones inaceptables como es la violencia de género. En mi vida religiosa pude ver y experimentar muchas cosas. En la cárcel de mujeres pude palmar la pobreza moral mas tremenda, pero, he de aclarar que en familias destrozadas se vive igual o peor que en una cárcel. Que una mujer aguante a un marido borracho y maltratador, por diversas razones: porque le tiene lástima, porque es el padre de sus hijos, porque trae la plata a la casa, etc, no tiene perdón cuando esta situación afecta la psiquis de sus hijos en crecimento. Yo nunca he sido madre, pero esas situaciones me daban tanto coraje que hubiera dado la vida por esos niños aunque no fueran mis hijos. Siempre fui muy sincera y corajuda en presentarme a hacer justicia, porque comprendo que un país, que una nación se construye con personas sanas. Los niños crecen así en un ambiente de violencia diaria, de alcohol y drogas. ¿que podemos esperar de ellos en el futuro?, por supuesto que lo mismo que hacen sus padres, y si sumamos la malas companías de la calle, podemos esperar futuros delincuentes y presidiarios. ¿este es el país y mundo que queremos? Me parece que nos estamos equivocando, una madre tiene que dar la vida por sus hijos porque le es connatural a su naturaleza, una madre debe preocuparse por la salud psicológica de sus hijos antes de proteger a un marido golpeador y borracho. Aquí no existe la lástima, aquí solamente queda administrar justicia, y no tenerle miedo al trabajo. Que Dios en el génesis mandó trabajar 6 días y descansar solo uno. El trabajo es salud y eso está más que comprobado, la gente que no trabaja tiene tiempo para emborracharse, pelear y divagar en mundos inhóspitos creados por sus mentes enfermas. Por eso, por el bien de nuestros hijos, queremos una sociedad libre de peleas, de adicciones y violencia. Así sea.

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