sábado, 8 de septiembre de 2012

La Hipocresía de Confesar. Exhaustiva reflexión del flajelo de la Hipocresía


Como buena profesora lo primero que haré es definir la palabra: “hipocresía”, viene del griego (úttokpiqía) que significa según el diccionario de la Real Academia Española: El fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
La hipocresía es un tipo de mentira o pantalla de reputación. En muchos idiomas, incluido el francés, el hipócrita es alguien que “esconde” sus intenciones y verdadera personalidad.
Veamos que dijeron algunos grandes pensadores:
1) Aristóteles (384 a.C filosofo griego) “no se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.
2) Homero (8 a.C, filosofo griego) “Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra”.
3) Moliere (1622-1673, filosofo) “La hipocresía es el colmo de todas las maldades”
4) Moliere, también dijo acerca de la vida religiosa: “Entran al convento sin conocerse, viven sin amarse y mueren sin llorarse”.
Modos de manifestación de la hipocresía: LA SIMULACIÓN Y EL DISIMULO.
La religión y la política son dos sectores de la sociedad en los que predomina la hipocresía, pues se brinda una imagen (careta) de una realidad que debería ser y que en sí no es.
La hipocresía es estudiada por la moral en teología, pero se asocia en psicología con la enfermedad de la psicopatía, veamos que nos dice la psicología.
Un psicópata tiene códigos propios de comportamiento, finge cumplir la ley para ser vistos por los demás pero actúa en base a sus propias normas. Para no caer en delitos se comportan de una manera seductora con el fin de manipular a las demás personas a las que considera como “cosas”, que simplemente se usan para la consecusión de sus objetivos personales. Les caracteriza la falta de remordimiento y vergüenza, la falsedad o falta de sinceridad. Una gran capacidad verbal y un encanto superficial. Tienen tendencia a mentir de forma patológica y su actitud es impulsiva. (Cf. Dres. Robert Hare y Herver Cleckley)

Ahora veamos los fundamentos espirituales de la Hipocresía:
Evangelio según San Mateo 23,27-34.

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas”! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas…
¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo podrán escapar a la condenación de la Gehena? Por eso, yo voy a enviarles profetas, sabios y escribas; ustedes matarán y crucificarán a unos, azotarán a otros en las sinagogas, y los perseguirán de ciudad en ciudad”.

Jesús es muy duro a la hora denunciar a los hipócritas que coincidían con la autoridad religiosa, justamente porque la religión puede llevar a las personas a simular un estado de bondad, o de comportamiento religioso que en la realidad no es así. Jesús castiga duramente con sus palabras a las autoridades religiosas, porque la hipocresía conlleva a la mentira, es vivir de un modo superficial y engañoso, recordemos que en la Sagradas Escrituras el príncipe de la mentira es el mismo Satanás, por eso Jesús es terminante y les dice que heredarán la Gehena del fuego, que es el lugar de residencia de los demonios.
Es decir, los que se proclamaban religiosos pero que con sus actitudes decían lo contrario dice Jesús que su destino es el Fuego, simbólicamente expresa el lugar de tormento y de ausencia total de Dios.
El libro la Hipocresía de Confesar está plagado de hipocresía de las personas, y casualmente éramos todas religiosas, pero mentíamos arduamente ante las personas que nos miraban y interpretaban que éramos ángeles, buenas personas, santas en vida, mientras que dentro de nuestra casa se desataban infiernos de odio y falta de perdón. Yo me preguntaba muchas veces, sobre todo al final de la historia, ¿cómo podemos acercarnos a recibir la comunión tan tranquilamente? Durante más de un año la autoridad emprendió contra mi persona un hostigamiento sistemático, cuando digo sistemático estoy refiriéndome a un plan premeditado y dialogado entre el grupo de superioras encargadas de llevarlo adelante, muchas veces yo estuve en misa con todas ellas mientras sucedía estos planes siniestros, mi pregunta ante Dios era la siguiente: ¿es válida esta comunión? ¿será antesala de nuestro infierno? ¿si la hipocresía es repulsiva para Dios, no era repulsiva nuestra comunión es ese estado de división total y de agresión?
Y la hermana Marcela ¿cómo podía sostener todo el tiempo su máscara? ¿cómo podía demostrar ante los demás una personalidad que no es la de ella? Evidentemente las características de ella estaban más cerca de lo patológico como lo explica la psicología, y en 18 años ¿cómo yo no me di cuenta de ello?
El libro se llama la Hipocresía de Confesar, por una confesión de la Hna. Marcela que aparentemente ha sido una gran falacia, que convenció a las débiles mentes de los superiores. Nunca pude saber con certeza ¿cuál fue su confesión? Pero por los procedimientos de castigo que se obraron en mi contra pude entender que su confesión fue una gran mentira más dentro de su gran personalidad psicopática, que en el momento en que sea descubierta será un gran fraude para quienes hoy ponen su confianza en ella.
¿Por qué terminar en un juicio?
Porque no se puede estar castigando inquisitorialmente a las personas como si estuviéramos en el siglo XII, con opresiones psicológicas y enfermando a las personas, eso mismo ya es causal de demanda.
Porque no se puede calumniar a las personas que han obrado de buena fe, y si hubo errores se debe responsabilizar a los verdaderos responsables y no cargar la culpa en una sola persona.
Porque no se puede tolerar la hipocresía de seguir mintiendo a todo el Pueblo de Dios, demostrando santidad cuando en realidad lo que se hace es vivir de arriba, no pagando impuestos, recibiendo donaciones, intereses financieros y vivir panza arriba tomando mate mientras hay personas que mueren de hambre física e intelectualmente.
Porque no se puede ser tan ignorante y perjudicar así a una institución grande, hermosa, como es una congregación religiosa.
Porque no se puede seguir recibiendo comuniones en estado de pecado grave como lo hemos hecho y lo hacen los superiores.
Porque la raza de víboras debe ser convertida en raza elegida y amada de Dios.
Porque a nadie debemos llamar Padre, Madre, Señor, Doctor, solo a Dios y a Jesús el Maestro.
Porque es hora de dejar de ser sepulcros blanqueados y comenzar a ser un gran árbol que pueda seguir cobijando a los pobres bajo su sombra.

LA HIPOCRESÍA ES PARA COMBATIRLA.
Y espero que no se enojen por estas explicaciones, para ésto he fundamentado todo con los correspondientes autores. La verdad está para decirla, aunque duela, pero genera una vida más auténtica delante de Dios.

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