martes, 11 de septiembre de 2012

Solo Dios secará las lágrimas de tus ojos (Reflexión de Sor María de la Cruz)



Cuando me disponía a realizar mi oración en mi humilde y pequeña habitación, frente al Señor, al que tengo siempre presente. Me inclino a tomar mi biblia para ayudarme a meditar cuando de repente encontré una hoja toda doblada. Ayy mi Dios, mi pobre biblia, ¡¡que descuido de mi parte!!, entonces observé que donde estaba indicado era el libro del Apocalipsis, un libro tan mal interpretado por tanta gente. Y me dispuse a orar con el, por supuesto que no, acerca del fin del mundo pues poco tiene que ver con ello.
Observé atentamente el capítulo y versículos: 7, 13-17, lo transcribo:

"Y uno de los Ancianos me preguntó, ¿quiénes son y de dónde vienen los que están vestidos de túnicas blancas? Yo le respondí: Tú lo sabes señor. Y el me dijo; "esos son los que vienen de la gran tribulación, ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la Sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono habitará con ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos".

Hermoso pasaje de la escritura santa, inspirada, palabra de Vida eterna, de pasión, de amor, de misericordia. Una palabra aplicable a la situación presente sobre todo, Dios habla para el presente, no para el pasado, ni para el futuro pues El, según estudiamos en teología es Eterno Presente.
A simple vista del texto podemos pensar que habla de la gente que sufre y que su destino final es el cielo luego de su muerte por haber padecido tribulaciones (es decir sufrimientos), pero no, Dios es PRESENTE, y su Palabra llega hoy con toda su fuerza para iluminar tu vida y mi vida.
Hoy tenemos que estar vestidos con esas túnicas blancas de la que habla, que no es otra cosa que las buenas acciones salidas del corazón, ¿estoy practicando el Evangelio de modo tal que mi túnica sea blanca?, puede que no llegue todavía a ser blanca, ¿será gris?, pues a Dios no le gustan los grises, para El es sí o no, me sigues o no me sigues, te comprometes o no te comprometes. ¿Cómo llegamos a la túnica bien blanca? es simbólico, el color blanco como signo de la vida con Dios, llegamos a través de las tribulaciones pero ojo ¡¡vividas con Jesús!! blanqueadas con la Sangre de Jesús, no es el sufrir por el sufrir mismo, es un acompañamiento de la gran entrega que Jesús ya hizo en la cruz y que continúa en la tribulación de cada uno de nosotros. Huir de la cruz y del dolor de la vida, nos pone lejos de la Sangre del Cordero y no permite que nuestras vestimentas se blanqueen aún mas.Pero hay un bello dato más: El Cordero será el Pastor y habitaremos día y noche en su Templo, ya lo estamos haciendo, si el Espíritu de Dios habita en nosotros quiere decir que habitamos dia y noche en el Templo del Señor, no se olviden de lo que dice también la Palabra: "nuestro cuerpo es Templo del Señor", por eso, podemos orar y meditar cada uno en cualquier lugar, porque el único templo consagrado al Señor somos nosotros mismos.
El Señor es mi Pastor, dice el Salmo 22, nada me puede faltar, y el apocalipsis nos asegura que el Cordero, Jesús, es nuestro Pastor que solo puede conducirnos a manantiales de vida, otra vez les recuerdo, es presente, no futuro, cada vez que oramos Jesús nos alimenta y sacia nuestra sed espiritual con el agua de la oración, del silencio, de la paz, los manantiales de vida están presentes a nuestro alrededor todos los días, el tema es que aprendamos a descubrirlos. Solemos quedarnos siempre con lo negativo, con lo que cuesta, con lo que me estresa, pero no nos damos cuenta que miles de bendiciones están descendiendo sobre nosotros ante cada esfuerzo por vivir una vida justa delante de Dios y de los hombres, somos hombres y mujeres muy afortunados de tener una espiritualidad a la que Dios está dispuesto a satisfacer a cada momento, El se ofrece a ser el Pastor, y cómo sabe que vivir no es fácil nos asegura lo más hermoso que puede ofrecer un padre, un amigo, un hermano, solo Dios podrá secar toda lágrima de nuestros ojos, y las secará de tal forma que solo será eterno regocijo en su presencia. Que Dios te bendiga y te lave con su Sangre Preciosa. Amén.

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