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miércoles, 20 de marzo de 2013

Cuando la mujer permite ser abusada Reflexion de Sor Maria de la Cruz

Desde que el mundo es mundo se observa con tristeza una manipulación del que es mal llamado "sexo débil", o sea, la mujer, y esto por la diferencia física que hace que el que domine, domine por la fuerza. Las sociedades desde tiempos patriarcales han sido dominadas por la fuerza y no por la inteligencia. Hoy en día se toma más conciencia de otros valores como la belleza, la interioridad, la espiritualidad y el cuidado de la vida, sin embargo todavía asistimos a un machismo recalcitrante y con problemas psicológicos agudos, serios trastornos de la personalidad, que hace poner en primer plano a la fuerza física por sobre la fuerza espiritual. Desde hace muchos años, vengo observando en base al trabajo con la mujer maltratada, especialmente la encarcelada, cómo ellas terminan condenadas por el poder los hombres. Recientemente una mujer maltratada por muchos años, dijo que un hombre solamente se aprovechó de ella en sentido sexual y por conveniencia también social en cuanto a su situación en la vida, dado que ella tenía mejor posición social, por lo tanto podría aprovecharse de esa circunstancia para lograr su cometido. Ella por mucho tiempo se dejó impactar por una falsa dulzura, algo así como ver una oveja pero dentro habitaba un lobo destructor de todo lo que era la vida de ella. Así fue que seducida por las redes de la muerte, se dejó llevar de una actitud manipuladora de quien se sentía dueño de la fuerza, como buen hombre que era, no distinguiendo la actitud criminal que reposaba en la mente de aquel individuo sin escrúpulos. Esta pobre mujer ni siquiera pensaba en el mal que le haría a sus hijos, siguiendo los planes siniestros de ese hombre manipulador. Así luego llegamos a una sociedad con un machismo recalcitrante y mujeres débiles de mente que no saben darse cuenta de la verdadera naturaleza de la maldad y no ponen límites a tiempo a sus males. Luego viven enclaustradas con su problema por años y años, sin encontrar paz ni felicidad. El abuso no conlleva solamente una violencia física, también es abuso la manipulación psicológica, el hostigamiento donde la conciencia e inconsciencia de la víctima queda enajenada para la toma de decisiones. Hoy gracias a Dios muchas instituciones trabajar en pro de la mujer y les ayudan a tomar decisiones a tiempo, hoy tenemos algunas fundaciones para ayuda de las victimas de abuso, pero todavía queda mucho por hacer. Hoy también han crecido de forma alarmante las víctimas de violencia física contra las mujeres y varias muertes que lamentamos al ver el noticiero de cada día, esas las que salen en los medios, sin contar las noticias no publicadas. En fin, doy gracias a Dios por la fortaleza de muchas mujeres que no se dejan seducir por hombres siniestros, de mujeres que tienen la cabeza bien puesta para pensar primero en sus hijos y el cuidado de la vida, mujeres que decidieron ser fiel a su propio corazón y no vivir subordinadas a quienes solo la tratan con discriminación y como objetos sexuales y físicos. Dios nos siga acompañando en el proceso de abrir los ojos a muchas mujeres que todavía siguen permitiendo comportamientos machistas, comportamientos que están fuera de la moral y del querer de Dios como fundamento de la naturaleza humana. Así sea.

sábado, 18 de agosto de 2012

¿Conocés las consecuencias de la violencia familiar/de género?



Acoso psicológico.

Quisiera hablarles de algo sumamente serio y que me he dedicado a estudiar y a confrontar con mis propias vivencias. Lo que voy a comunicar es científico y también es empírico por haber permanecido bajo presión y acoso psicológico por casi tres años en la Congregación.
Puede configurarse este delito como violencia de género y también como violencia doméstica ya que es ejercida por personas que normalmente conforman nuestro grupo familiar, o en el caso de una congregación también podemos decir familia sin bien dista mucho de serlo, lo que es seguro es que esta presión es vivida en estos ambientes las veinticuatro horas del día, lo que lo hace mucho más grave.
Síntomas que provoca un acoso psicológico:
1) Descompensación física: la persecución y el maltrato continuo de la persona, resaltándole su incapacidad para convivir, su ignorancia, sus pecados, su falta de identidad le lleva progresivamente a tener reacciones en su cuerpo que no puede dominar, ésta descompensación física se traduce muchas veces en taquicardias, temblores, sudoraciones excesivas, miedos y fobias al futuro.
2) Angustia: lo que se espera mientras se está siendo maltratado es la siguiente violación moral, ese ataque mortal hacia nuestra autoestima, todo ello genera sentimientos de inferioridad, angustia que no se puede calmar con nada, movimientos rápidos tendientes a satisfacer una necesidad inexistente.
3) Aislamiento: este maltrato que vivimos frente a nuestros acosadores/as hace que tratemos de evitar contacto con ellos debido al principio de autoconservación de la vida, frente a indiferencias, no pronunciar palabras, miradas despectivas, detracto moral, gestos de desprecio, prohibición de realizar cualquier tarea, restricción económica, etc, los maltratados optamos “inconscientemente de permanecer encerrados en una habitación”.
4) Recurso a las adicciones: la misma angustia del punto anterior, la falta de reconocimiento, la maldad evidente contra la persona, le lleva a refugiarse en sucedáneos pasajeros para borrar de su mente el tormento por el que está pasando, así tenemos personas que se refugian en el alcohol, las drogas, especialmente los psicofármacos, y la comida en abundancia.
5) Ataques de pánico: la incapacidad de solucionar el problema que existe por coacción externa genera más y más angustia hasta que el cuerpo ya no puede resistirla y reacciona en forma de ataques de pánico. El ataque de pánico es una especie de descompensación donde la persona se siente morir, con taquicardias permanentes, sudoración de manos, temblores, suba momentánea de la presión arterial. El ataque de pánico puede llegar a durar una media hora y debe combatirse sí o sí con psicofármacos antidepresivos.
6) Sensación de desvalorización personal: el victimario trata a su víctima siempre bajo su poder, y ésta siente que este poder es total. No tiene fuerzas para defenderse y solo le queda la sumisión que al mismo tiempo le genera una desvalorización como persona. La persona se siente sometida, inútil ya que el victimario no le permite trabajar y desarrollarse, por eso el nivel de autoestima disminuye considerablemente y también el sentido de la propia existencia.
7) Depresión reactiva: ¿por qué reactiva? Es necesaria la aclaración porque existe la depresión como enfermedad propia de la persona. Pero la depresión que se genera luego de un proceso de hostigamiento no es propia de la persona sino que es generada por un factor externo y vil, en este caso la persona que opera la violencia, por eso es depresión reactiva a los acontecimientos de dolor por los que está pasando la persona. El problema es que si la depresión prospera, pasa de ser reactiva a ser permanente y a quedarse en el cuerpo y en la psiquis de la víctima como una realidad que puede incluso llevarla a la muerte.
8) Trastornos del sueño: la depresión conduce a trastornos del sueño, generalmente se puede comprobar esto mediante un estudio médico, la polisunmografía por la que se evidencia en la persona dicho trastorno vinculado a la vivencia diaria de agresión.

9) Suicidio: Ultima e inevitable consecuencia de un acoso psicológico prolongado, la persona no soporta más todo ese maltrato y la depresión ya no le deja vivir, los sucedáneos como la droga o el alcohol tampoco le hacen efecto, por lo tanto termina por quitarse la vida.


10) ¿Y los victimarios?
Pues llegaron a su objetivo luego de un largo proceso de violar los derechos humanos de su víctima. Matar o enfermar a una persona de este modo es sumamente despreciable y debemos luchar para que estas situaciones no se repitan en el tiempo. Lamentablemente la legislación avanza muy lentamente y siguen muriendo personas, en especial mujeres, frente a este maltrato tan común. Por eso es necesario poder apoyar los casos que conozcamos en que mujeres están siendo maltratadas, incluso dentro de la Iglesia, porque son muchos los casos, también se da mucho en la cárcel de mujeres y en Institutos de menores, justamente en instituciones cerradas donde las personas tienen limitada su posibilidad de defenderse.
Yo he vivido cada uno de estos pasos, consecuencia de las acciones de mis hermanas, exceptuando el suicidio, por supuesto, porque mi depresión fue tomada a tiempo y el daño psíquico quedó reducido a un 15%, gracias a los vecinos que me alentaban y me daban alegría para seguir luchando, gracias a la oración que me mantuvo 3 años de proceso, que es muchísimo, yo tendría que estar técnicamente muerta, pero esta dilación del proceso de aguante de agresiones estuvo soportado por la intensa oración en la que vivía cada día.
Vuelvan a leer todos estos pasos ¿no es una violación a los derechos humanos? Yo estoy segura de que sí lo es, pues tenemos que luchar para conseguir leyes que defienda a mujeres que como yo, pasan hoy por estas situaciones insanas.
Por eso vuelvo a recomendarles la lectura del libro “La Hipocresía de Confesar”, y luego me dicen si no es urgente que cambiemos nuestro modo de vivir.