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domingo, 9 de septiembre de 2012

La Hipocresia de Confesar y el Abuso espiritual


Abuso espiritual

El abuso espiritual ocurre cuando una persona con autoridad religiosa o práctica espiritual maltrata a otra persona
en nombre de un dios, una iglesia o por algún concepto o misterio espiritual.
El abuso espiritual suele hacer referencia a un abusador que utiliza su mayor rango como ventaja sobre el abusado,
poniendo a la víctima en un estado de obediencia incuestionable a la autoridad.
Conductas
El abuso espiritual suele incluir al menos una de las siguientes conductas:
• Abuso psicológico.
• Acto o palabras que humillan, daña o menosprecian la dignidad de la persona.
• Intimidación. Sumisión a una autoridad espiritual sin derecho a réplica.
• Control irracional sobre el derecho básico de la persona a tomar decisiones en temas espirituales.
• Acusaciones falsas y críticas repetitivas, etiquetando negativamente a la persona como desobediente, rebelde,
falto de fe, demonizado, apóstata o enemigo de la iglesia.
• Aislamiento o separación de la familia y amigos debido a su filiación religiosa.
• Abusos sexuales.
• Exclusividad, dando a entender al abusado que las críticas exteriores vienen indicadas por el mal.
Definiciones
Los términos "abuso eclesiástico" o "abuso religioso" suelen asociarse con el abuso espiritual. El abuso eclesiástico
es una etiqueta identificativa de prácticas abusivas dentro de una iglesia; el abuso religioso se da dentro de un
sistema de creencias con prácticas comunitarias más que sobre la afiliación personal.
Características
Agnes y John Lawless argumentan en su libro The Drift into Deception que existen ocho características que aparecen
en el ámbito del abuso espiritual como son:
• Carisma y orgullo.
• Miedo e intimidación.
• Codicia y fraude.
• Inmoralidad.
• Estructura autoritaria.
• Exclusividad.
• Demanda de lealtad y honor.
• Hechos revelados.

Estos conforman algunas de los hechos sucedidos en el libro "La Hipocresía de Confesar", desde la experiencia de formación veníamos sufriendo los abusos del poder, poder de provinciales despiadadas, poder de formadora con ignorancia y fortalecida solo en su poder del cargo, eso fue destruyendo todas las relaciones. Pero para que vean la base científica de todo esto, aquí están los enlaces del tema, que lo vive "mucha gente en el mundo", solo algunos pocos nos atrevemos a denunciar, yo no pienso callarme hasta que se haga justicia.


Bibliografía en inglés

• Ken Blue, Healing Spiritual Abuse, (Downers Grove: InterVarsity Press, 1993). ISBN 0-8308-1660-7
• Ron & Vicki Burks, Damaged Disciples: Casualties of Authoritarian Churches and the Shepherding Movement
(Grand Rapids: Zondervan, 1992). ISBN 0-310-57611-3
• Ronald M. Enroth, Churches That Abuse (Grand Rapids: Zondervan, 1992). ISBN 0-310-53290-6
• Ronald M. Enroth, Recovering from Churches That Abuse (Grand Rapids: Zondervan, 1994). ISBN
0-310-39877-0
• David Johnson & Jeff VanVonderen, The Subtle Power of Spiritual Abuse (Minneapolis: Bethany House, 1991).
ISBN 1-55661-160-9
• Agnes C. Lawless and John W. Lawless, The Drift into Deception: The Eight Characteristics of Abusive
Christianity (Grand Rapids: Kregel, 1995). ISBN 0-8254-3163-8
• Flavil Yeakley (ed.), The Discipling Dilemma (Nashville: Gospel Advocate, 1988). ISBN 0-89225-311-8
Véase también
• Antirreligión
• en:Post-cult trauma
Enlaces externos
• Abuso espiritual.com [1]
• Spiritualabuse [2] Recursos para recuperarse del abuso espiritual (en inglés)
Referencias
[1] http:/ / abusoespiritual. com
[2] http:/ / www. spiritualabuse. com

lunes, 20 de agosto de 2012

Unos votos firmados con sangre


Cuando se ingresa en la vida religiosa por lo general se tiene un ideal, una meta para seguir, que en este caso es Jesucristo y es un ideal muy fuerte, tan pero tan fuerte que llega a hacerse parte de uno la identificación con El y con su Reino.
Recuerdo las pasiones de la juventud: "Señor yo voy a dar la vida por vos" (Como Pedro que después lo negó)
"Señor, yo te voy a ayudar a llevar la cruz" (como los apóstoles que cuando aparecieron los soldados desaparecieron.
"Señor, yo voy a seguirte siempre" (como Judas que te traicionó con un beso).
La realidad es dura, muy dura y ese ideal se ve debilitado por la naturaleza humana que falla ante el intento de la heroicidad.
Pero, parece que a algunas personas Dios quiere más que a otras y les concede la fuerza necesaria para colaborar con El a llevar la cruz, pues eso me ha pasado a mí y no ceso de dar gracias a Dios por ser su escogida predilecta a pesar del dolor, un dolor con fe y con amor que me ha hecho crecer mucho en mi vocación contemplativa.
Cuando joven Dios me fue preparando (porque El sabe, es el Maestro), y me concedía unas lecturas maravillosas de la cruz, incluso el mismo Evangelio "El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a si mismo, que cargue con su cruz y me siga".
No alcanzaba a comprender bien la frase "RENUNCIA A TI MISMO", eso era lo más dificil y no, cargar la cruz. Porque cuando se es capaz de renunciar a si mismo, llevar la cruz es una dulce actividad, pero no es facil ésto de renunciar a sí mismo.
Pasó el tiempo y Dios adoctrina de a poco y con los acontecimientos diarios: una enfermedad terminal de mi mamá, una larga agonía, un cuidado especial de ella, yo ya me iba desangrando por dentro. Hasta que luego de muchas renuncias llegó el día de decirle definitivamente SI al Señor: pues tu me diste la fuerza para llegar a ese momento y subida al pie del altar firmé mi consagración, la estaba firmando con la sangre del sufrimiento.
Pensaba que el culmen del sufrimiento había pasado y que mi vida retornaría a ser un mar en calma, cuando de repente se cumple otra frase del Evangelio: "Felices ustedes,cuando sean insultados y perseguidos y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí", entonces mis amadas hermanas tomaron una espada en mano y me atravesaron simbólicamente, me partieron en dos, entonces se cumplió esa parte del Evangelio que dice "No piensen que vine a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz sino la espada, y el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa"
Cada parte del Evangelio se iba cumpliendo, la parte que corresponde al modo en que un discípulo debía hacerse cargo de su cruz. Y ahora, ¿me voy a quejar a Dios?
Pues, yo amaba la cruz, se la pedía, le pedí poder saborear la ciencia de la cruz y encontrar sentido al dolor. Y Dios responde, siempre responde cuando le pedimos cosas buenas al alma: Respondió maravillosamente, me hizo gustar la ciencia de la cruz, Y ME HIZO LIBRE, si, algunos piensan que he enloquecido, yo digo que no, que Dios fue mi Maestro y he encontrado el tesoro escondido, la paz, la sabiduría, el evangelio hecho vida. Y el remedio a mis pecados pasados.
Es más, he encontrado la fuente de la paz, la fuente de la salud, la fuente del amor verdadero, ya no suspiro por el amor y el reconocimiento de mis hermanas, porque Dios me hizo experimentar parte de su palabra y éstas se volvieron salud para mi alma.
Ojalá Dios me permita compartir este tesoro, estoy segura que sí, y oro intensamente para que mis hermanas también puedan descubrirlo. Es hermoso. Y mi IDEAL SIGUE SIENDO JESUCRISTO, desde aquel 19 de agosto de 2003, nada ni nadie me podrán separar de El.

sábado, 18 de agosto de 2012

¿Conocés las consecuencias de la violencia familiar/de género?



Acoso psicológico.

Quisiera hablarles de algo sumamente serio y que me he dedicado a estudiar y a confrontar con mis propias vivencias. Lo que voy a comunicar es científico y también es empírico por haber permanecido bajo presión y acoso psicológico por casi tres años en la Congregación.
Puede configurarse este delito como violencia de género y también como violencia doméstica ya que es ejercida por personas que normalmente conforman nuestro grupo familiar, o en el caso de una congregación también podemos decir familia sin bien dista mucho de serlo, lo que es seguro es que esta presión es vivida en estos ambientes las veinticuatro horas del día, lo que lo hace mucho más grave.
Síntomas que provoca un acoso psicológico:
1) Descompensación física: la persecución y el maltrato continuo de la persona, resaltándole su incapacidad para convivir, su ignorancia, sus pecados, su falta de identidad le lleva progresivamente a tener reacciones en su cuerpo que no puede dominar, ésta descompensación física se traduce muchas veces en taquicardias, temblores, sudoraciones excesivas, miedos y fobias al futuro.
2) Angustia: lo que se espera mientras se está siendo maltratado es la siguiente violación moral, ese ataque mortal hacia nuestra autoestima, todo ello genera sentimientos de inferioridad, angustia que no se puede calmar con nada, movimientos rápidos tendientes a satisfacer una necesidad inexistente.
3) Aislamiento: este maltrato que vivimos frente a nuestros acosadores/as hace que tratemos de evitar contacto con ellos debido al principio de autoconservación de la vida, frente a indiferencias, no pronunciar palabras, miradas despectivas, detracto moral, gestos de desprecio, prohibición de realizar cualquier tarea, restricción económica, etc, los maltratados optamos “inconscientemente de permanecer encerrados en una habitación”.
4) Recurso a las adicciones: la misma angustia del punto anterior, la falta de reconocimiento, la maldad evidente contra la persona, le lleva a refugiarse en sucedáneos pasajeros para borrar de su mente el tormento por el que está pasando, así tenemos personas que se refugian en el alcohol, las drogas, especialmente los psicofármacos, y la comida en abundancia.
5) Ataques de pánico: la incapacidad de solucionar el problema que existe por coacción externa genera más y más angustia hasta que el cuerpo ya no puede resistirla y reacciona en forma de ataques de pánico. El ataque de pánico es una especie de descompensación donde la persona se siente morir, con taquicardias permanentes, sudoración de manos, temblores, suba momentánea de la presión arterial. El ataque de pánico puede llegar a durar una media hora y debe combatirse sí o sí con psicofármacos antidepresivos.
6) Sensación de desvalorización personal: el victimario trata a su víctima siempre bajo su poder, y ésta siente que este poder es total. No tiene fuerzas para defenderse y solo le queda la sumisión que al mismo tiempo le genera una desvalorización como persona. La persona se siente sometida, inútil ya que el victimario no le permite trabajar y desarrollarse, por eso el nivel de autoestima disminuye considerablemente y también el sentido de la propia existencia.
7) Depresión reactiva: ¿por qué reactiva? Es necesaria la aclaración porque existe la depresión como enfermedad propia de la persona. Pero la depresión que se genera luego de un proceso de hostigamiento no es propia de la persona sino que es generada por un factor externo y vil, en este caso la persona que opera la violencia, por eso es depresión reactiva a los acontecimientos de dolor por los que está pasando la persona. El problema es que si la depresión prospera, pasa de ser reactiva a ser permanente y a quedarse en el cuerpo y en la psiquis de la víctima como una realidad que puede incluso llevarla a la muerte.
8) Trastornos del sueño: la depresión conduce a trastornos del sueño, generalmente se puede comprobar esto mediante un estudio médico, la polisunmografía por la que se evidencia en la persona dicho trastorno vinculado a la vivencia diaria de agresión.

9) Suicidio: Ultima e inevitable consecuencia de un acoso psicológico prolongado, la persona no soporta más todo ese maltrato y la depresión ya no le deja vivir, los sucedáneos como la droga o el alcohol tampoco le hacen efecto, por lo tanto termina por quitarse la vida.


10) ¿Y los victimarios?
Pues llegaron a su objetivo luego de un largo proceso de violar los derechos humanos de su víctima. Matar o enfermar a una persona de este modo es sumamente despreciable y debemos luchar para que estas situaciones no se repitan en el tiempo. Lamentablemente la legislación avanza muy lentamente y siguen muriendo personas, en especial mujeres, frente a este maltrato tan común. Por eso es necesario poder apoyar los casos que conozcamos en que mujeres están siendo maltratadas, incluso dentro de la Iglesia, porque son muchos los casos, también se da mucho en la cárcel de mujeres y en Institutos de menores, justamente en instituciones cerradas donde las personas tienen limitada su posibilidad de defenderse.
Yo he vivido cada uno de estos pasos, consecuencia de las acciones de mis hermanas, exceptuando el suicidio, por supuesto, porque mi depresión fue tomada a tiempo y el daño psíquico quedó reducido a un 15%, gracias a los vecinos que me alentaban y me daban alegría para seguir luchando, gracias a la oración que me mantuvo 3 años de proceso, que es muchísimo, yo tendría que estar técnicamente muerta, pero esta dilación del proceso de aguante de agresiones estuvo soportado por la intensa oración en la que vivía cada día.
Vuelvan a leer todos estos pasos ¿no es una violación a los derechos humanos? Yo estoy segura de que sí lo es, pues tenemos que luchar para conseguir leyes que defienda a mujeres que como yo, pasan hoy por estas situaciones insanas.
Por eso vuelvo a recomendarles la lectura del libro “La Hipocresía de Confesar”, y luego me dicen si no es urgente que cambiemos nuestro modo de vivir.