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miércoles, 29 de mayo de 2024

Porque tuve hambre y me diste de comer

"Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme" (Mt 25, 35-36). Comienzo mi reflexión con estos versículos de los Evangelios, palabra de Cristo en la tierra, enseñandonos como debemos hacernos cargo de las necesidades de los hermanos pero...no solo eso...El se identifica con los pobres y los necesitados, es decir, cada vez que cumples esa Palabra a quien diste de comer es al mismo Cristo. Lamentablemente la sociedad actual ha olvidado la Palabra de Dios, ha endurecido su alma, se ha transformado en narcisista y egoísta, se ha transformado en un instrumento del maligno en la tierra, sumado al odio y desinterés de la sociedad por la situación de los pobres, además, gobiernos totalmente crueles y despiadados. Qué podemos decir? estamos frente a los ultimos días apocalípticos? estamos cerca del Juicio Final? Solo quien cumpla esta palabra de Cristo será recibido por Dios con sus vestiduras blancas en el banquete celestial, los que no hayan cumplido su deber de asistencia a los pobres, les espera el abismo. Pero ampliemos esa Palabra de Cristo, porque también habla del destino final de los que son egoistas sin preocuparse del resto, veamos que dice: Mateo 25:31-46 “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. ” Podemos agregar algo mas? TODO ESTÁ DICHO VERDAD? Acordate que si tuviste la bendición de nacer en un hogar de clase media y pudiste crecer, da gracias a Dios. Pero no todos tuvieron esa oportunidad. Fijate en la foto!!!! NO TE CONDENES AL CASTIGO ETERNO.

jueves, 3 de diciembre de 2015

El Ocaso de la Vida Consagrada de manos de las ideologías

Queridos Hermanos:
No pretendo que mis escritos resulten pesimistas, ni desafiantes ante una realidad que es un hecho absoluto. Simplemente es la visión objetiva del estado de una Vida Consagrada que se está muriendo paulatinamente y agonizando en la Iglesia, ¿Será el fin de ella? ¿La Iglesia se queda sin corazón? Porque la Vida Consagrada según Santa Teresita del Niño Jesús es el corazón de la Iglesia, porque ella es el Amor.
Mi propia experiencia en los 20 años de vida Consagrada en la comunidad me lleva a escribir que mucho amor allí dentro no hay, es más, mis últimas vivencias han sido de:
  • abandono
  • crueldad
  • tratos inhumanos
  • y profunda indiferencia.
Cuatro items que no le deseo a ningún ser humano.
A la distancia observo una desvirtuación del "Ser", "de la esencia" de tal Vida que tiempos anteriores había sido "camino de santidad" o por lo menos pretendía serlo: "Una vida para crecer espiritualmente y en la heroicidad de las virtudes".
Hoy solo quedan allí dentro personas poco virtuosas, necesitadas de ejercer poder, necesitadas de bienes materiales porque en sus casas viven en pobreza, necesitan ser mantenidas por la Institución porque no se pueden valer por sí mismas. Éstas personas son las que generan múltiples inconvenientes y tienen un comportamiento contrario al Evangelio de Jesús, mucha soberbia que con su poder terrenal han logrado poner fuera de las comunidades a personas cuyo deseo ferviente era realmente vivir las virtudes. Este abuso de poder, autoritarismo dictatorial y comportamiento inmanente (apañado por la Jerarquía de la Iglesia), lejos de toda trascendencia, va de la mano de las ideologías que contaminaron a la Iglesia después del Concilio Vaticano II, ya el Santo Padre Juan XXIII que abrió el Concilio tuvo una visión en el Vaticano dando una misa: vió espíritus del mal presentes en el Templo, lo que le llevó a decir: "Abrimos las ventanas de la Iglesia para que entre aire fresco y junto con el aire fresco también entraron los demonios".
La vida religiosa paulatinamente fue cambiando, lo cual no digo que esté mal ni hago juicio moral al respecto, pero estos cambios afectaron al "Ser", lo cual es inaceptable.
Cambiar formas, métodos de trabajo e incluso la imagén estética como lo es la vestimenta, podría ser aceptable (aunque no conveniente), pero junto con los cambios estéticos se dieron cambios en La Esencia de la vida consagrada llamada desde siempre a vivir los Consejos Evangélicos según la imagen  del mismo Cristo Jesús. La vida consagrada es: seguimiento de Cristo y nuestra misión es tratar de tener los mismos sentimientos, afectos y actitudes del Hijo de Dios.
Vivir el Evangelio implica:
  • Ser humildes
  • Ser compasivos ante la debilidad de la naturaleza humana.
  • Ponernos en el lugar del otro
  • Comprender
  • Amar como Dios y nunca castigar.
De esta forma la santidad se hace presente en una vida donde así alcanza su objetivo primordial.
Pero, los cambios de la Iglesia y de la vida consagrada en particular, no han sido solo de formas adaptadas al presente, han irrumpido "teologías" que distorsionaron la imagen evangélica de Dios y la han politizado, teologías que promueven ocultamente el odio y la división entre los pueblos, entre el sur y el norte, entre ricos y pobres. Éstas ideologías han sacado a Dios de su lugar de Padre y Señor y han puesto en su lugar al pobre. No es otra cosa que idolatría encubierta de teología y, detrás de ella, el actuar de Satanás en la Iglesia. A partir de estas teologías ya no se privilegia la lectura de los santos (que para ellos es pasado), sino que se privilegia a los teólogos (ídolos de barro) como por ejemplo Leonardo Boff o Gutierrez, exponentes de la teología de la liberación.
Además, y como si fuera poco, luego de la ideología política, sobrevino la ideología del psicologismo y pasó la mando la ciencia humana por sobre la fe y a influir sobre la vida consagrada. Las hermanas dejaron de tener directores espirituales para pasar a tener psicólogos de cabecera, las formadoras se volvieron dependientes para la formación de éstos profesionales que aprovecharon el caudal de nuevo trabajo y cobraron honorarios exagerados por atender a las hermanas, ¿Se imaginan? Viviendo en el psicólogo por años y si la superiora te quería echar del convento, le pedían un psicodiagnóstico "especial" que les ayudara a poner gente en la calle. ESTO ES CORRUPCIÓN, palabra no muy extraña últimamente en este país, donde la Iglesia se ve corrompida empezando por la Jerarquía. ¿Qué podemos esperar entonces de los políticos? Mejor ni hablar de ese tema.
Siguió pasando el tiempo y la crisis se hizo inminente por lo que las personas consagradas envueltas en tamaña confusión comenzaron a entrar en crisis. Esto era obvio, porque Dios pensó a la vida consagrada como el amor que debía dar a la Iglesia, como un ejemplo del amor de Dios Padre, como Esposa del Señor en una actitud de trascendencia y oración perpetua. Pero, al salirse de su centro, perderse en ideologías y modas también perdió su sentido y las vocaciones sufrieron de dos formas:
  • O se fueron por su voluntad porque las comunidades ya no fueron fieles a la esencia de su vida.
  • O la misma comunidad expulsó a los miembros que "no pensaban como ellas" "ni obraban como ellas"
Es éste el motivo por el cual los conventos agonizan por falta de vocaciones, ésta es la real motivación y espero que dejen de echarle la culpa a la inconsistencia de los jóvenes, nada más lejos de eso está el problema real, y mientras la vida consagrada persista en su obstinación de adorar a sus "ídolos de barro", que se olviden de las vocaciones, pues Dios no se las va a mandar.
Cuando entré al convento hace 23 años pensaba en una vida de oración, de sacrificio, de unión fraterna y un camino de santidad, y lo único que pude hacer para resguardar mi interior fue tener bien firme mis convicciones en cuanto a lo que Dios me pedía, pero fueron años de luchar contra imposiciones estériles y erróneas.
Me prohibían leer vidas de santos como Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz y me obligaban a leer los teólogos de la liberación, al mismo tiempo, de la Biblia no se hablaba (que paradoja).
Me obligaban a tener psicóloga perpetua, pero nadie me preguntaba si tenía director espiritual o si me confesaba con regularidad.
Intentaron adoctrinarme en la Teología de la Liberación mediante materias de estudio, las cuales aprobé y solo me sirvió para tener información y darme cuenta de sus errores.
Querían en fin, "que piense como ellas" y yo permanecía en silencio para evitar la confrontación.
Quisieron incluso hacerme carismática (otra modita), lo cual no acepté porque como religiosa seguía la espiritualidad del Buen Pastor y la misericordia de Dios, que era muy distinta y muy enriquecedora al mismo tiempo.
Llegó el día en que me cansé y hablé, ese día fue fatal y la amenaza de la autoridad llegó de modo abrupto: "¿Me estás amenazando? Porque yo te voy a amenazar a vos (eso me dijo). Y a partir de allí me topé con el verdadero rostro de éstas exponentes de la Ideología que contamina a la Iglesia: allí el poder dictatorial y totalizante dio comienzo al proceso de tortura y crueldad. ¿Puede ser que ésto se viva en la Iglesia hoy?. Si señores, se vive detrás de los muros que en vez de ocultar santidad de vida, ocultan la mas perfecta corrupción. 
Es mi deseo que Dios rescate a la vida consagrada y la haga resurgir de sus cenizas, por la intercesión de todos los santos fundadores que dieron su vida en construirla. Que así sea.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El Insulto a los pobres

En la Entrevista que me hicieron en Radio Nacional y que ustedes pueden escuchar en esta página hay ciertos puntos en que quisiera explayarme y realizar una reflexión ya que la entrevista tuvo un tiempo limitado como para presentar sintéticamente lo que contiene el libro “La Hipocresía de Confesar”. Hay un tema que lo presente como “El insulto a los pobres”, y es las posesiones materiales de la Iglesia, y cuando digo Iglesia me refiero al poder institucional y no a todos los bautizados, es algo para distinguir: 1) Hay dos tipos de Iglesia: a) La verdadera: todos los bautizados de buena voluntad que intentan vivir cada día el Evangelio. b) La falsa o hipócrita: aquella que se dice bautizada pero que con sus obras demuestran vivir lo opuesto al Evangelio de Jesucristo. ¿Qué dice el Evangelio de Jesucristo con respecto a las posesiones de su Iglesia? Jesús manda en misión a sus discípulos, leemos el capitulo 10, 1-9 del evangelio según San Lucas: “Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios donde debía ir, y les dijo: La cosecha es abundante, pero los trabajadores don pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan!, Yo los envío como ovejas en medio de lobos. NO LLEVEN DINERO, NI ALFORJA, NI CALZADO, y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Al entrar en una casa digan primero. ¡Que descienda la paz sobre esta casa! Y si hay alguien allí digno de recibirla, esa paz reposará sobre él, de lo contrario volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan, curen a sus enfermos y digan a la gente: El Reino de Dios está cerca de ustedes” Esta es la Palabra de Dios. Las instrucciones de Jesús son muy claras, la Iglesia está mandada a mostrar el Reino de Dios, que éste ya está aquí, y con acciones: curen a sus enfermos (de alma y cuerpo), pero también Jesús aclara que los discípulos no deben llevar nada para el camino porque en todo el Evangelio Jesús advierte sobre el peligro de las riquezas, incluso llega a decir que el dinero es un “dios”, al mismo nivel de Dios, no se puede servir a Dios y al dinero, dice. Lo pone a la par porque el corazón humano se deja poseer muchas veces por lo material, no dejando espacio para Dios. Ahora bien: Jesús dice claramente, NO LLEVEN DINERO, incluso, los discípulos son recibidos en las ciudades porque ellos NO POSEEN CASA PROPIA, Jesús tampoco tenía casa propia sino que iba predicando el Reino de Dios de pueblo en pueblo, su pobreza material era absoluta y su confianza en la Providencia era perfecta, que es lo mismo que nos enseñó. Pero ¿Qué pasó luego con los siglos? La Iglesia, una vez en manos de Constantino, emperador Romano, se ha vuelto un gran imperio de poder y dinero, y esa es la Iglesia que hemos heredado hoy en pleno siglo XXI. Por eso soy dura en afirmar: LA RIQUEZA DE LA IGLESIA ES UN INSULTO A LOS POBRES Si Jesús estuviera hoy aquí presente, no estaría habitando en palacios como lo es el Vaticano, ni en casa de vacaciones en Castel Gandolfo, sino que estaría en tierra de misión, en aquellos lugares donde los niños mueren por desnutrición, donde se ven sus pancitas hinchaditas por falta de alimento, miraría el Señor al cielo y diría: “Padre Perdónalos porque no saben lo que hacen” Mi experiencia luego de haber trabajado largos años en la Congregación a la que pertenecía me lleva a afirmar esto con una convicción sólida y madura. El dinero que posee la Iglesia es capaz de solucionar el hambre de toda la tierra, es más, me atrevería a afirmar que desaparecerían los pobres. Nadie toma conciencia de los tesoros incalculables de que es poseedora la Iglesia en el mundo. Yo, que trabajé de apoderada legal en mi congregación y en su administración, he manejado mucho dinero, además, saber la cantidad de propiedades SIN HABITAR Y CERRADAS DETERIORÁNDOSE PAULATINAMENTE, MIENTRAS HAY GENTE QUE NO TIENE DONDE VIVIR. Mi congregación era una de las “más pobres” dentro de lo que es la vida religiosa, y debo confesar que me da vergüenza la cantidad de bienes materiales que se poseen y que no reportan ningún beneficio para nadie, totalmente estériles, como también lo es hoy la misión de la Congregación. Queridos hermanos: No podemos defender las posesiones materiales diciendo que son “obras de arte”, tesoros de la humanidad, mientras millones de niños mueren en el mundo por falta de alimentos, y no solo en el áfrica, aquí mismo, en Argentina un país rico en recursos primarios, sin embargo en provincias del norte y litoral tenemos altos índices de desnutrición. Si la Iglesia decidiera por fin analizarse y verse a la luz del Evangelio descubriría que durante siglos ha optado por servir, no a Dios, sino al dinero. Todavía está a tiempo de reflexionar y tomar una postura que de verdad puede terminar con la pobreza en el mundo. Ella es responsable, no se puede seguir acumulando propiedades y activos mientras el pueblo se está muriendo. El Pastor se va a cansar y El mismo vendrá y se hará cargo del rebaño, porque los pastores que tenían que cuidar de las ovejas, se han alimentado a sí mismos con el alimento que era para las ovejas del rebaño. Pidamos a Dios que la justicia y la misericordia sean aliadas, y que pronto podamos revertir esta situación injusta en nuestro mundo. Si cada uno aportamos nuestra cuota de vivencia del Evangelio, podremos hacerlo.