Un blog para acercarnos a Dios, para encontrar paz, sanación, bendición. Un blog para todos, para aprender a orar, meditar.
miércoles, 29 de mayo de 2024
Porque tuve hambre y me diste de comer
jueves, 1 de octubre de 2020
Coronavirus y los cuatro sellos del Apocalipsis
Apocalipsis
miércoles, 23 de septiembre de 2020
CORONAVIRUS Y DIOS
Médico y dolencia (Eclesiástico 38, 1-15)
«Da al médico, por sus servicios, los honores que merece, que también a él le creó el Señor.
Pues del Altísimo viene la curación, como una dádiva que del rey se recibe.
La ciencia del médico realza su cabeza, y ante los grandes es admirado.
El Señor puso en la tierra medicinas, el varón prudente no las desdeña.
¿No fue el agua endulzada con un leño para que se conociera su virtud?
Él mismo dio a los hombres la ciencia para que se gloriaran en sus maravillas.
Con ellas cura él y quita el sufrimiento, con ellas el farmacéutico hace mixturas.
Así nunca se acaban sus obras, y de él viene la paz sobre la haz de la tierra.
Hijo, en tu enfermedad, no seas negligente, sino ruega al Señor, que él te curará.
Aparta las faltas, endereza tus manos, y de todo pecado purifica el corazón.
Ofrece incienso y memorial de flor de harina, haz pingües ofrendas según tus medios.
Recurre luego al médico, pues el Señor le creó también a él, que no se aparte de tu lado, pues de él has menester.
Hay momentos en que en su mano está la solución,
pues ellos también al Señor suplicarán que les ponga en buen camino hacia el alivio y hacia la curación para salvar tu vida.
El que peca delante de su Hacedor ¡caiga en manos del médico!».
Les traigo esta cita bíblica para que comprendan que Dios no es un mago, Dios no interviene en nuestra vida de modo extraordinario con prodigios visibles. Puede hacerlo porque es Dios, pero no lo hace porque "respeta nuestra Libertad".
La Biblia es muy clara: "Yo pongo ante ti dos caminos: la vida y la muerte, elige la vida y vivirás". Dios nos hace elegir a nosotros y por nuestra responsabilidad nos llega o no la enfermedad.
La obediencia conduce a la vida, y en estos momentos de pandemia debemos obedecer a las autoridades, a los médicos y al gobierno en una actitud de fe. La rebeldía y la desobediencia es la causa de todos los males de este mundo, porque proceden del maligno, desde la creación del mundo hasta hoy, la causa de la muerte, la enfermedad y el dolor se encuentra en la desobediencia a la los mandatos, al camino que conduce a la vida y la paz.
El Coronavirus está poniendo a prueba nuestra fe, hay gente que jamás pisó la Iglesia y ahora va seguido a pedir a Dios por la salud de ellos y sus familias. Hay otra gente que de repente abandonó su fe porque quiere obligar a Dios a que actúe de forma milagrosa y espectacular. Nada más lejos de Dios que esto último. Dios siempre actúa mediante mediadores, hasta para hacer milagros se vale de los santos. Pero en este caso Dios se vale de los médicos, de los comunicadores "buenos", de los gobernantes que piensan en la salud de sus ciudadanos, Dios se vale de todos ellos, y también de nosotros al inspirarnos cuidar a los demás. Pero también el mal hace lo suyo: y tenemos malos comunicadores, malos gobernantes que solo piensan en el bienestar material de unos pocos, malos ciudadanos que prefieren su propio placer personal y al no cuidarse contagian a otros que si se están cuidando poniendo en riesgo de muerte la vida de los vecinos. En fin, Dios obra a través de la gente coherente y el diablo también obra a través de mediadores de la maldad. No esperemos que Dios haga obras espectaculares, Dios ilumina las mentes de los médicos y científicos que en este momento están desarrollando las vacunas, mientras, el Señor nos pone a prueba a través de este momento de pandemia que nos ha sacado de nuestra zona de confort. Muchas virtudes se pueden desarrollar en este tiempo, mucha solidaridad. La conciencia de que nuestra vida es muy frágil, limitada y finita, que debemos poner nuestra atención en las cosas importantes, no en lo superfluo, demos importancia a lo espiritual, a la bondad, a la solidaridad, al perdón. No estemos enojados, porque hoy estamos en este mundo y quizás mañana no, estemos preparados para dejar la materialidad y elevarnos como seres de luz hacia una nueva vida en Dios.
miércoles, 1 de mayo de 2013
La importancia de decir la verdad siempre
martes, 11 de septiembre de 2012
Solo Dios secará las lágrimas de tus ojos (Reflexión de Sor María de la Cruz)
Cuando me disponía a realizar mi oración en mi humilde y pequeña habitación, frente al Señor, al que tengo siempre presente. Me inclino a tomar mi biblia para ayudarme a meditar cuando de repente encontré una hoja toda doblada. Ayy mi Dios, mi pobre biblia, ¡¡que descuido de mi parte!!, entonces observé que donde estaba indicado era el libro del Apocalipsis, un libro tan mal interpretado por tanta gente. Y me dispuse a orar con el, por supuesto que no, acerca del fin del mundo pues poco tiene que ver con ello.
Observé atentamente el capítulo y versículos: 7, 13-17, lo transcribo:
"Y uno de los Ancianos me preguntó, ¿quiénes son y de dónde vienen los que están vestidos de túnicas blancas? Yo le respondí: Tú lo sabes señor. Y el me dijo; "esos son los que vienen de la gran tribulación, ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la Sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono habitará con ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos".
Hermoso pasaje de la escritura santa, inspirada, palabra de Vida eterna, de pasión, de amor, de misericordia. Una palabra aplicable a la situación presente sobre todo, Dios habla para el presente, no para el pasado, ni para el futuro pues El, según estudiamos en teología es Eterno Presente.
A simple vista del texto podemos pensar que habla de la gente que sufre y que su destino final es el cielo luego de su muerte por haber padecido tribulaciones (es decir sufrimientos), pero no, Dios es PRESENTE, y su Palabra llega hoy con toda su fuerza para iluminar tu vida y mi vida.
Hoy tenemos que estar vestidos con esas túnicas blancas de la que habla, que no es otra cosa que las buenas acciones salidas del corazón, ¿estoy practicando el Evangelio de modo tal que mi túnica sea blanca?, puede que no llegue todavía a ser blanca, ¿será gris?, pues a Dios no le gustan los grises, para El es sí o no, me sigues o no me sigues, te comprometes o no te comprometes. ¿Cómo llegamos a la túnica bien blanca? es simbólico, el color blanco como signo de la vida con Dios, llegamos a través de las tribulaciones pero ojo ¡¡vividas con Jesús!! blanqueadas con la Sangre de Jesús, no es el sufrir por el sufrir mismo, es un acompañamiento de la gran entrega que Jesús ya hizo en la cruz y que continúa en la tribulación de cada uno de nosotros. Huir de la cruz y del dolor de la vida, nos pone lejos de la Sangre del Cordero y no permite que nuestras vestimentas se blanqueen aún mas.Pero hay un bello dato más: El Cordero será el Pastor y habitaremos día y noche en su Templo, ya lo estamos haciendo, si el Espíritu de Dios habita en nosotros quiere decir que habitamos dia y noche en el Templo del Señor, no se olviden de lo que dice también la Palabra: "nuestro cuerpo es Templo del Señor", por eso, podemos orar y meditar cada uno en cualquier lugar, porque el único templo consagrado al Señor somos nosotros mismos.
El Señor es mi Pastor, dice el Salmo 22, nada me puede faltar, y el apocalipsis nos asegura que el Cordero, Jesús, es nuestro Pastor que solo puede conducirnos a manantiales de vida, otra vez les recuerdo, es presente, no futuro, cada vez que oramos Jesús nos alimenta y sacia nuestra sed espiritual con el agua de la oración, del silencio, de la paz, los manantiales de vida están presentes a nuestro alrededor todos los días, el tema es que aprendamos a descubrirlos. Solemos quedarnos siempre con lo negativo, con lo que cuesta, con lo que me estresa, pero no nos damos cuenta que miles de bendiciones están descendiendo sobre nosotros ante cada esfuerzo por vivir una vida justa delante de Dios y de los hombres, somos hombres y mujeres muy afortunados de tener una espiritualidad a la que Dios está dispuesto a satisfacer a cada momento, El se ofrece a ser el Pastor, y cómo sabe que vivir no es fácil nos asegura lo más hermoso que puede ofrecer un padre, un amigo, un hermano, solo Dios podrá secar toda lágrima de nuestros ojos, y las secará de tal forma que solo será eterno regocijo en su presencia. Que Dios te bendiga y te lave con su Sangre Preciosa. Amén.