viernes, 6 de julio de 2012

La Austeridad con alegría

Me encantó lo que es la celda carmelita. Vivir con lo indispensable, y yo que lloraba porque me habían despojado de mi supuesta casa, Dios quiso hacerme vivir algo absolutamente mayor. Mi celda de hoy también es así, pequeña, pocos elementos, pero se vive igual. Y doy gracias a Dios porque el tener tan poco me hace más libre para El. Cuando una persona atesora muchos bienes materiales, lo que hace es ahogar su espíritu y dificultar la comunicación con el Señor. Me siento feliz de tener un corazón carmelita y ser una hermana del Buen Pastor, creo que es una excelente combinación.

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